Tan pronto se dio el anuncio por parte de la petrolea estatal, las acciones de las dos compañías cayeron: Ecopetrol 9,41 %, mientras que ISA  4,04 %. Esta tendencia que se mantuvo por algunos días, pero con el pasar del tiempo y gracias a las declaraciones y la carta de exclusividad firmada por el Gobierno nacional, estas lograron repuntar a pesar de no alcanzar el valor que tenían antes del anuncio. Lo anterior, debido a que el comunicado dejaba varias dudas, sobre todo, en cuanto a cómo la compañía iba a conseguir los recursos para dicha compra. Daba la sensación de que el Gobierno vendería su participación en Ecopetrol, lo que es un error ya que el dinero no pasaría a la petrolera sino directamente al Gobierno.

Posteriormente y luego de que varios medios de comunicación, especializados y no, indagaran a los responsables, se aclaró que estos recursos saldrían de una nueva emisión de acciones por parte de Ecopetrol, cosa que no produjo una recuperación de la valorización de las acciones hasta varios días después. Lo anterior, debido al valor de la transacción que se estima está más allá de los beneficios que posteriormente se pretenden conseguir, es decir, a pesar de que ISA es una de las compañías más prosperas en los últimos años en Colombia y que su futuro parece ser mejor aún -considerando una posible transición del país a energías más limpias- en el mercado de la especulación se dio la impresión de que se estaba comprando por encima del precio comercial.

Por otra parte, una posible “dilución” apareció en el horizonte, pues al realizar una nueva emisión de acciones, lo que implica recurrir al público para conseguir la cantidad necesaria, podría desvalorizar la inversión y reducir la participación de los actuales accionistas, cosa que por supuesto ninguno de ellos desearía. Además, la petrolera ya hace ocho años realizó una segunda emisión -$3.700 pesos por acción-, por encima de lo que hoy cuestan, lo que causa inquietud en el mercado al ver la inestabilidad por los movimientos financieros y estructurales venideros.

No obstante, según los expertos, el panorama no es del todo turbio. Si bien hace unos diez años Ecopetrol buscó renunciar a las acciones de ISA cuando estas se negociaban debajo de los ocho mil pesos, hoy en día están entre los 23 mil y 28 mil pesos, un valor nada despreciable, a pesar de que se considere que la compra se está realizando por un precio mayor al real. También hay que considerar el futuro de las dos empresas, mientras que Ecopetrol sufre la decadencia de los hidrocarburos, ISA representa un panorama prospero debido al direccionamiento que ha tenido la economía mundial hacia las energías renovables y más amables con el planeta, es decir, que en el largo plazo esto podría ser un buen negocio.